31 de diciembre de 2013

CHAU

"Empezá por dejar un mensaje
Sentate a escribir antes que suene el reloj
Dobla la carta con cariño y dejala a la vista

Agarrate de la juntura de tus huesos
Y tomatelas

Dejá la casa con un solo mensaje
No dejes otro rastro
Para que el mensaje no te delate
no preveas ningún destino

No te engañes
Cualquier destino es una excusa
Es la vida a la que te lanzás
Es la vida la que dejás
Por supuesto que vale la pena

Sí, lo van a lamentar
¿Acaso no son especialistas en lamentos?

No entrés en la escuela de la calle
Es la misma facultad donde se recibieron
Guarecete donde puedas
Manguea descaradamente y pedí asilo a todos y cada uno

Caminá

Pedí

Caminá otro tanto

Caminá un poco más

No te detengas a recordar
Hablo de las memorias vivas
Espero aún así que retengas las fantasías
Retengas las canciones
Las cuerdas
y para pán
parapán

Los ambientes, también los ambientes
Los colores, no los olvides
Las fantasías
Que la vida lo fue y no quiso admitirlo
y ahora te perdió
Pero en eso no, no pienses

De eso seguí caminando
De eso seguite alejando

Y si te sube por el pecho gritá
¡¡GRITÁ!!
A lo sumo alguno se asusta
Vos seguirás andando

Si la soledad es mucha
Date un abrazo
Y seguí andando

Donde vayas a parar
Ya nos vamos a ver
Te espero con una sonrisa

Firma: yo"



Agarrado con un imán en una heladera

15 de octubre de 2013

Caminos sin huella

En medio de la tarde
todo oscurece
el sol no se pone
los faros no se encienden
todo es noche ya
en plena tarde

Recuerdo antaño era luz
venerables eran las mentiras
hoy son esqueletos resecos
aún intentan convencer
no, no tienen vida

¿Para qué quiero espejos?
Sé, tengo ojos hundidos
Sé, mis orejas carecen espiral
Sé, mi cabeza es ovalada
Sé, mis dientes perfectamente imperfectos
Una sombra en cada línea que nadie más ve

Y me preguntás por qué te odio
y me preguntás por qué te amo
¿Sos víctima de los mismos esqueletos?
Tal vez aún podés venerarlos
tal vez aún no han caído de su gracia

Mientras tanto
sigo lejos de la realidad
sigo sin ser una verdad
pero no creo mentiras
creer ya no es mi acción
hoy creo fantasías
y un día, espero, crearé mi muerte

13 de octubre de 2013

La vida es larga y el amor y la culpa

Earl: Phil. Phil. Ey, vení acá. Vení vení. Uh... Phil. Voy a... Voy a intentar... hablar. Voy a tratar de decir algo - algo. ¿La conocés a Lily, Phil? ¿La conocés? ¿A Lily?

Phil: No, no la conozco.

Earl: Oh, es mi amor, mi vida, amor de mi vida. Sabés... En la escuela... Tengo doce, en la escuela, en sexto. La vi a ella. Yo no iba a esa escuela, pero... uh... nos conocimos. Mi amigo la conocía. Le dije, uh... "¿Quién es esa? ¿Qué tal esa Lily?" "Oh, es mala. Se acuesta con los muchachos." Sí, me dice eso, pero entonces en una... Yo fui a otra escuela, viste. Pero entonces... en la secundaria - al final. ¿Cómo es cuando llegas al final?

Phil: Que te recibís.

Earl: No, no, el año ¿En qué año estás?

Phil: Sería sexto.

Earl: Ah sí, sí. Sí. Entonces yo fui a su escuela en ese año. El año - que es sexto. Y nos conocemos. Era... era una muñequita. Una muñequita de porcelana. Y sus caderas, caderas para tener hijos, entendés? Tan, tan hermosa. Y le metí los cuernos... una y otra vez y otra. Porque quería ser un hombre yo. Y no quería que ella fuera una mujer ¿viste? ¡Una persona inteligente y libre que fuera algo! Mi puta mentalidad ¡Tan pelotuda, esa puta mentalidad! ¡Pelotudo! ¡Dios Santo! ¿Y yo qué iba a pensar, pensé en lo que hacía? Fue mi esposa por veintitres años... y yo la engañaba una y otra. Qué pelotudo que soy. Iba, garchaba, volvía a casa y me metía en su cama... y le decía... "Te amo" Es la mamá de Jack. Su mamá, es Lily. A estos dos... los tuve... y los perdí.
Así es el arrepentimiento que tenés. Este es el... arrepentimiento que tenés y lo que les quitás y el bla bla bla bla algo algo algo. Dame un cigarrillo.
Cagadas como esta... no te mandás. A veces... te mandás alguna y está bien. No está bien, a veces, te mandás otras. Entendé que tenés que hacer las cosas mejor. La amé a Lily. La engañé. Fue mi esposa veintitres años. Y yo tenía un hijo. Y tiene cáncer ella. Y no estoy ahí, y el pibe la tiene que cuidar. Tiene catorce años. Para... para cuidar a su vieja... y verla morir en sus manos. Un pibito y yo no estoy ahí. Y ella al final se muere.


La amé tanto. Y ella sabía lo que yo hice. Ella sabía todas las forradas que había hecho. Pero el amor... fue más fuerte que cualquier cosa que se te pueda ocurrir. El puto remordimiento ¡El puto remordimiento! Ah y me voy a morir. Ahora me voy a morir, y te digo una cosa... el mayor arrepentimiento en mi vida... dejé que se me fuera mi amor ¿Qué hice? Tengo sesenta y cinco años. Y estoy avergonzado. Hace mil años... El puto remordimiento y la culpa, estas cosas, no dejés que nadie te venga con que no tenés que arrepentirte de nada. No lo hagas ¡No! ¡Arrepentite de lo que se te cante el culo! Usa eso. Usa eso. Usa ese remordimiento para cualquier cosa, como tengas ganas. Podés usarlo ¿estamos?
Ay Dios.
Se hace tan largo para que al final no haya un remate. Una pequeña moraleja, diría... Amor. Amor. Amor. Esta puta vida... ay, es tan difícil. Tan larga. La vida no es corta, es larga. Es larga, la puta que lo pario. La puta madre ¿Qué hice? ¿Qué carajo hice? ¿Qué mierda? ¿Qué mierda hice? Phil. Phil, ayudame ¿Qué hice?

29 de septiembre de 2013

Obsesión (no sos vos)

Hablo todo el tiempo
Hablo con vos
Con vos todo el tiempo
Todo hablo con vos
El tiempo con vos
Todo con vos
Hablo el tiempo

Siempre te deseé
Sos mi deseo
Sos mía
No sos mujer
Sos mía
Sos mi deseo mujer
En mí te deseo
El hombre que soy
La mujer que quiero

Fracaso y vuelvo a intentar
Fracasar y de vuelta intento
Me enfrasco y veo
Te veo y a vos
Te intento y me vuelvo a enfrascar
Fracasas y te enfrasco de vuelta

¿Qué tengo?
Me tengo
Tengo que tenerte
o no me tendré
Me tengo en vos
¿Qué te tengo?
Tengo que tenerme
Tengo que darme
A vos y a ver
¿Qué sos?

¿Dónde estás?
Donde esté estás
Fuera de mí
Ahí
Donde sea que esté
A un lado
Al lado
En todos lados
Donde sea
Todo con vos

Nevermore

Y soy tan cruel de engañarme y creer que estás dando todo de vos para mí cuando lo que yo recibo es lo que sobra de tu vida.
Tal vez tengas ánimos de contradecir mis palabras pero no existe en vos la convicción para decirme que no me das de comer sobras.

Sos la elegida.
Sos la elegida para entrar en mí y destruirme.
Dudo que se juegue algo de vos en tal empresa, no creo que corra riesgo tu integridad en lo más mínimo.
Estoy haciendo lo mismo que hice siempre.
Te estoy pidiendo que tengas el coraje que yo no tengo.

Paneo

Juliana
Yésica
Sofía
Natalia
Solange
Yamila
Lara
Aixa
Clara
Diana
Gisele
Isabela
Mariana
Camila
Agustina
Emilia
Romina
Y VOS OTRA VEZ Y LA PUTA MADRE QUE NO TE FUISTE DE MI VIDA Y YA VOLVISTE

A los nombres en negrita les dediqué textos, con ellos conjugué mi fantasía en palabras
Por los nombres en itálica fui capaz de ir hasta el fin del mundo, o sea, estuve dispuesto a todo
Tuve tiempos en que quise creer que había alguna magia en los nombres
En otras ocasiones quise descartar todo ese misticismo pelotudo
Ahora observo que nunca se repitió un nombre de valor

El factor común entre todas ellas es que soy un egoísta de mierda
Entiendo que no se diera nada cuando nada se daba
Entiendo que no funcionara lo que se daba cuando algo se daba

Soy perverso, soy forro, ya tengo claro lo que hago
Primero me fascino, admiro, soy devoto
Luego quiero invertir los lugares
Quiero fascinar a quien me fascinó
Quiero que me admire quien yo admiré
Quiero la devoción de quienes no me pidieron nada y yo quise darles todo

No puedo compararme con los lobos, no puedo compararme con los vampiros, no puedo compararme con ningún monstruo monstruoso.
Puedo compararme con esas babas pegajosas que son tu primer estorbo en cualquier juego de rol.
En el caso de los primeros nombres no debería ser tan cruel, yo era muy pequeño, yo era inocente, sí, alguna vez tuve inocencia.
¿Qué empezó a crecer en mí? ¿De qué se alimentó para que prevaleciera?
El caso es que ya soy un forro hecho y derecho, una mierda andante

Soy un hombre que no ama a las mujeres
Ya sé lo que quiero ahora
Quiero una mujer que no se ame
Así podré usarla y abusarla
No quiero hacerle eso a ninguna de las chicas de la lista
No quiero hacerle eso a ninguna de las amigas que tengo (porque sí tengo amigas)

Quiero publicar en el diario un clasificado: "se busca mujer para ser devorada"

Quiero dejar de creer que fracaso en el amor, yo no amo
Quiero tragarme la palabra "amo" cada vez que se me atora en la garganta porque es otra ocasión en que estoy al borde de mentirme

Vos ahora me estás leyendo
¿Por qué te quiero decir que te amo?
¿Tan cruel puedo ser de querer encadenarte con esas palabras?
Tengo miedo de que sí pueda ser tan cruel

Jeremías

¿Cuántas veces ya?
Las calles hinchan mis pies
Mi mente rompe los huesos
La gente me ve

No quise destacar
pero pedí compañía
Hablé en voz alta
y los aturdí
Ya nada conozco
conozco la soledad
Ya nada hago
rechazo a los demás

Mi mente se observa observarse
se juzga juzgar que se juzga
He sido mi única compañía
hace tiempo que me abandoné

No quise y no quiero
dar poder a las palabras
Pero mi cuerpo no tiene átomos
tiene letras
Mi nombre es Jeremías

Mis pies son de barro
Mis manos de papel
No pinto mi cara ni animo fiestas
Soy el que tiene que ser

Quiero sentirme el centro
y no paro de orbitar
me acerco de espaldas
y me alejo con lágrimas
Tengo los ojos secos
yo no sé llorar
pero no me pienso
resignar
No te quiero nombrar más por hoy
hacé lo que quieras con mi dolor

3- por dónde andan las moscas?

- ¡¿Cómo que tenemos que volver?! -grita Sebastián incapaz de procesar lo que ese hombre de acero les comunica.
- Ocurrió algo que no era mi intención en mi última visita -explica ese hombre-. Tal vez recuerden...
- No -interrumpe Damián incrédulo-, vos no podés ser... ¡Ese monstruo debía de medir veinte metros!
- Tal vez haga falta que me acompañen -concluye.
Todos se echaron hacia atrás, Rodrigo se levantó del suelo y se tambaleo buscando alejarse. Le protestaron, todos gritando sin orden ni concierto. Se les cruzaba por la cabeza la imagen de aquella inmensa silueta atrapada por un látigo en llamas. El mismo látigo estaba ahora enrollado en una de las manos de metal pero fue la mano libre la que se alzó. El movimiento no era acompañado por su cabeza sin ojos ni cuencas, la palma pasó frente a todos ellos que seguían trastabillando buscando huirle. Los muchachos querían darse la vuelta y huir pero temían quitarle la vista de encima al hombre que hacía esos movimientos suaves y firmes con la mano. Pero no hacía falta que se movieran más, la brusca mañana se apagaba desde detrás de ellos y solo se veía el hombre de metal recortado contra el sol naranja que avanzó un paso y se reunión con ellos entre las sombras.
El paisaje de campos descompuestos iluminados por el prematuro amanecer desapareció. Ya asumían estar perdidos, convencidos de que los había tragado la nada. Todo era negro alrededor, no había una luz y, sin embargo, podían verse entre sí. Sus ropas sucias y sus facciones tenían algún brillo opaco, o de alguna forma sus ojos se encontraban con total claridad. El cuerpo plateado se acercó y habló sin separar sus dientes como hacía, solo vibrando su estructura metálica.
- Bienvenidos. Pronto su vista se acostumbrará a la penumbra. No se asusten al ver los pensamientos. Son inofensivos a su materia.
Ninguno pudo entender de qué hablaba. Y siguió hablando, diciendo que a este lugar, al cual se refería como región, le llegaban los pensamientos y deseos de todas las personas del mundo. Entonces los ojos de los muchachos se afinaron y empezaron a ver cómo se formaban en medio del ambiente unos arcos que parecían llamas. Sintieron un cosquilleo bajo la piel y notaron algo en el cuero cabelludo. Vieron en los demás cómo se les erizaban los pelos. Pero eran las voces y las imágenes que se les presentaban en la mente las cosas que más les alarmaban. Les llegaban sensaciones de angustia por encima de cualquier otra y entonces pudieron comprender lo que el hombre de metal les decía: experimentaban los pensamientos de otra gente.

Se cancela la función
lamento al que haya disfrutado la lectura
Me dispongo a dar rienda a mi mente errática,
ya no hagas caso.

25 de septiembre de 2013

Fin eterno

Caminás a mi lado
Abrís la puerta
Entramos en tu hogar
Te sentás y esperás que hable
Hablo y no me entiendo
Hablo más y me entiendo menos
Me mirás y te recostás
Ya no me mirás
¿Me escuchás? ¿Yo sigo hablando?
No me oigo
Las palabras están en mi garganta
Aprietan, me atraganto
Estás recostada en el suelo
Me paro, mis pies a tus lados
Te odio
Te lo digo a los ojos "te odio"
"Odiame" respondés distante
Me inclino
"¡Te odio!" repito con fuerza
"Odiame" exclamás
Tus ojos llenos de lágrimas
En vez de pronunciarme, trago
Me atraganto
Una gota moja tu piel
"Vení y odiame"
Aprieto los dientes
Tiemblo
No puedo separarlos
"Vení y odiame"
Te imagino con gesto desafiante
No quiero verte llorando
Y decís una vez más
"¡Odiame! y basta"

22 de septiembre de 2013

2- Una Silueta que se arrastra en las Noches

...
- Ey, despertate, paparulo -dice Manuel zarandeando a Rodrigo.
- Uy boludo ¡no sabés lo que soñé! -las palabras de Rodrigo salen masticadas mientras se estira-. Soñé que me casaba con Sofía y ganaba la lotería.
- Cuánto me alegro, cuánto me alegro -responde Sebastián cruzado de brazos y dando la espalda a todos.
Por ahí cerca unas moscas se arremolinaban, habían llamado la atención de esos cuatro amigos pero poco podían hacer al respecto. Era fácil ignorar ese extraño comportamiento cuando lo más preocupante era el hambre. Llevaban semanas alejándose de la ciudad, caminando hacia el oeste. Rara vez encontraban comida y era cada vez más raro encontrarla en buen estado. Esa vez habían parado en una iglesia, Damián confiaba en la estructura edilicia del santuario y garantizaba que no podía pasarles nada. Los demás no estaban muy convencidos y dormían por turnos.
Sebastián miraba a través del hueco en que había habido hace mucho tiempo hermosas figuras de vidrios de colores. Los demás no entendían por qué se la daba de interesante mirando al exterior. En cualquier momento sería necesario emprender la marcha nuevamente y no habría otro paisaje que el deprimente exterior. Trataron de llamarlo para que fuera a comer las galletitas que habían encontrado pero no respondió. La nueva actitud de Sebastián hacía las cosas muy difíciles para los demás, que tampoco tenían muchas esperanzas de llegar a algún lugar por el camino que seguían.
Afuera, los campos se habían convertido en cuadriculas de un pasto descompuesto. Las rutas eran plateadas y el verde de los campos era nauseabundo. El agua de los ríos apestaba a óxido y la única compañía que encontraban eran los trinos de algunos pocos pájaros y las insoportables vueltas de algunos insectos. Las grandes ciudades habían quedado atrás, allá al este. No tenían muy en claro qué buscaban, qué los movía, pero tenían la sensación de que nada bueno podía salir de la desembocadura del río.
Rodrigo reparó en la extraña expresión de Manuel que no dejaba de observar el remolino que formaban las moscas y mosquitas. Mientras tanto, Damián daba vueltas junto a las paredes, dándoles golpes distraídos con la mirada perdida y una galletita en la otra mano. Manuel pidió que retomaran su andar y Damián le dijo que no, le faltaba dormir a él.
- No tenés sueño, vámonos a la mierda -le espeta Manuel.
- ¿Qué te pasa, por qué tanto apuro? -le responde Damián.
La mirada dura de Manuel reclamó la apropiada atención de Damián, después volvió a mirar los insectos y Damián entiendió así que estuviera preocupado. Se llevó la galletita a la boca y se encaminó al gigantesco umbral de entrada. Todos desfilaron, pisando las hojas del alto portón que yacían en el suelo. Sebastián se demoró viéndolos irse, echó un vistazo a los insectos y siguió los pasos de sus compañeros. No habían apuros en un mundo que se había quedado sin tiempo. Las mosquitas abrían su vuelo circular y las moscas desaparecieron en la densidad de una sombra más oscura que la noche.

18 de septiembre de 2013

1- La Respuesta a tantas Plegarias

En el bar de la esquina, se juntaron Manuel, Damián y Sebastián. Una mosca se acomodó en la lámpara que colgaba sobre sus cabezas. Se juntaron alrededor de las seis y vieron llegar a Rodrigo un rato después. La lluvia caía sobre la mugre de la puerta de vidrio. Rodrigo traía un papelito blanco entre sus dedos y lo miraba con pena. Detrás de la barra, un empleado buscaba hacer contacto visual con el recién llegado. "¡Mozo!" gritó Sebastián, pero a nadie molestó porque a esa hora eran los únicos en la esquina un lunes. Bueno, al pibe de atrás de la barra sí jodió un poco. Que le traigan un vaso más para el recién llegado.
- ¿Qué hacé', Rueda? -saluda el pibe mozo a Rodrigo, con una mano en su espalda y un beso en la mejilla.
Ninguna de las varias veces que Rodrigo abrió la boca, emitió sonido alguno.
- Mal ¿no ves que está mal? -responde Sebastián en su lugar.
El pibe mozo dejó el vaso adicional en la mesa con un golpecito seco. Al retraer la mano, de camino surtió un sopapo en la nuca a Sebastián. Manuel miraba a Sebastián recibir el golpe y la mosca que le pasó por delante de los lentes. Entre ambos hubo un intercambio de gestos que evaluaban el comportamiento de Sebastián. Damián miraba la mosca pasar y posarse en el marco de la ventana a una mesa de donde estaban. Rodrigo se sentó con pesar.
- ¿A cuál le jugaste? -pregunta Damián dirigiendo su mirada al Rueda.
Aun incapaz de hablar, hizo pasar el papelito entre los presentes. Todos se disponían a averiguar la respuesta cuando el viento sacudió con fuerza las ventanas. Primero Damián vio el 63, después Sebastián y Manuel lo vió habiéndose detenido a acomodar sus anteojos. La mosca remontó un vuelo espiralado hasta la mesa de los muchachos.
- Te dije que tenías que jugarle a la Desgracia -comenta Sebastián, ganándose ese gesto de levantar los hombros por toda respuesta.
- Si no salió la desgracia, salame -apunta Damián- ¿Y cuánto le jugaste? ¿Dos pesos?
- Para tener esa cara le habrá jugado cinco -corrige Sebastián- ¿Cuánto más le pudiste haber jugado?
Manuel levantaba los lentes con sus dedos para masajearse los ojos. Se mordía los labios a la vez que tiraba el boleto de lotería sobre la mesa. La mosca saltó del susto y volvió a posarse, ahora sobre el papel.
- Te voy a sacar la manía a cachetazos, boludo -masculla Manuel desde detrás de las manos que ahora le refriegan la cara.
- ¿Por qué? -dicen Sebastián y Damián, este último algo preocupado también toma el papelito- ¿Cuánto... ¡¿Cien pesos?!
Creyeron oír la voz de Rodrigo débilmente decir, sin sorprender a Manuel, las palabras: "Nacional y Provincia". Sebastián ya no se reía. Manuel ya no se cubría la cara, presionaba las cienes con la punta de sus dedos. La mosca estaba posada entre los pelos de Rodrigo sin que este se diera cuenta. Damián lo lamentaba por su amigo pues bien merecida tenía la cagada a pedo que se le avecinaba.

16 de septiembre de 2013

Having and giving and sharing and receiving

Cruel cruel el amor, vil tirano
Porque queremos compartir el amor que sentimos por otro y no podemos. Tampoco puede el otro compartir el amor que siente por nosotros. Por eso el amor explota dentro de nosotros. Explota como explota el núcleo del sol a cada instante.
La amo y quiero que me ame como yo a ella, pero nunca dos amores son iguales ni en las mejores o más estables parejas.
Lo que podamos compartir será lo que vivamos juntos, lo que hagamos juntos. Mates, películas, momentos en la plaza, cruces casuales, miradas, las voces que viajan de la boca de uno al oído del otro. Si pudiera entender esto, no me dolería que ella ame a otro.
Porque es el tiempo que ella disfruta conmigo, el tiempo que compartimos, lo verdaderamente valioso.

15 de septiembre de 2013

Uno y mismo

Es cruel ver el espejo y recordar
Recortar tu imagen y montarla en una foto vieja

¿Por qué no podía abrir la puerta?
Cierto que la llave no entraba
¿Era la llave correcta? Nunca lo supe

Es cruel ser un gastado celuloide
Repetir la misma película y preguntarse

¿Por qué no pude visitar estos lugares antes?
No había acceso
¿Que lucha peleé? Me quedé tirado todo este tiempo



Hoy sé quién soy más que nunca
Pero no sé qué estoy haciendo
No quiero dejar gente tirada en sus fantasías
Espero que tengan la fuerza que yo no tuve
No esperaré que me perdonen

Por nada del mundo me perdonen

9 de septiembre de 2013

Eterna opacidad de una mente atiborrada

Desesperadamente saboteé mi vida entera. Cargo culpas inexplicables, cargo culpas innombrables, cargo culpas que no sé dónde tirar. Fracasé una vez y saboteé mis paredes, ahora entiendo cómo son marcas de fuego en mis ojos. Quiero pintar mi pieza pero no. Quiero irme de acá, quiero irme lejos. Pero no quiero dejar la mujer que está acá. Pero se irá y la perderé por esperarla. Mientras me siguen pesando las cosas que no son cosas en mi pieza ni en la casa, son las cosas en mi cabeza y cómo pesan. No tengo forma de lavarme el cerebro, quitar todo de ahí dentro. Quiero lobotomizarme, quiero una lobotomía, quiero sacarme todo o mejor volver a nacer. Todos estaríamos encantados de volver a nacer, seguros de que haremos todo mejor. Sin embargo nuestros deseos se han formado en esos errores y no valdría lo que valoramos esa vida que deseamos. Es melancolía, la dulce tristeza que recurrimos, la pretensión de lo imposible, verdaderamente imposible. Quiero tener acá delante mío a todos los que han desfilado por mi vida, quiero obligarme a verlos y que sepan que son vistos. Quiero lograr superarlos y que lo sepan. Quiero lobotomizarlos, extirparles las neuronas en que estoy grabado. Quiero que no sea más eterno el resplandor de esta mente sin recuerdos. Quiero pulir la superficie de esta tábula y reescribirla, aunque implique la languidez y fragilidad de una tabla de piedra fina. Quiero ser frágil, no una bolsa de carne que sólo se magulla, quiero ser frágil y que el próximo golpe me parta y esparza mis trozos. No logro concentrarme en la vida, mi mente se dispersa en estos fracasos y malogros. No logro hacer foco y la vida sigue pasando y sigue blureándose. El mundo pasa a mi lado y lo veo pasar y no entiendo cómo estirar el brazo para asirlo todo. Pero lo entiendo al primer instante tarde. Por momentos tengo la claridad de lo que es hermoso pero se escapa de mi mente con más facilidad de la que llegó y da pronto lugar a los mismos venenos. En mi vida no he superado nada, sólo lo he dejado a un lado. A un lado espera para surgir de nuevo y sólo puedo confiar en que el movimiento me mantenga a salvo. Comienzo a dudar de estar realmente en movimiento y comienzo a sentir mi cuerpo pesado y lento y rígido. Pétreo. Sigo desvelándome, sigo consumiendo fuerzas inútiles. Sigo distrayéndome en ganas de hacer cosas inconsecuentes, olvidando la claridad de las cosas hermosas que fácilmente me mostrarían cómo realizarse. Pero nunca lo descubro, nunca lo sé, la facilidad de leer, la facilidad de aplicarme en una labor, la facilidad de prestar mis servicios y mantener orden para los demás, la facilidad de decir las palabras que los demás quieran escuchar, la facilidad de construir puntos de encuentro con las gentes que han pasado cerca mío y han querido que esta mente las recuerde. No existen mentes sin recuerdos, es una mente sin recuerdos la que se contamina con distracciones. Las ganas de coger han sido distracción, la paja ha sido distracción, los juegos han sido distracción, los videos han sido distracción, la música ha sido distracción. Ha sido distracción todo lo que ha sido concebido como inconsecuente, todo lo que ha tenido el carácter de ese momento en que ocurría ¿Cómo encontrar en cada elemento su potencial creador si me recuerda su inconsecuencia funcional a mi autodestrucción?

Quiero...

Que te estremezca el tacto de mis dedos
Que tu piel recorra mis yemas, cada lunar
Que me busques en tus párpados
Que me pidas que vuelva cada vez que me alejo
Que dibujes esa delgada curva en tu cara cuando me acerco
Que apoyes tu frente en mis cachetes
Que pienses que pienso en vos y te guste
Que ya no resistas la tentación de agarrar mis brazos y hacer que te rodeen
Que arruines los momentos monótonos con alguna estupidez
Que atiborres mis tímpanos con delirios vestidos de tu voz
Que cuentes con que seré tu apoyo siempre
Que me encuentres en todos los chicos que se te acerquen
Que no te quede alternativa que volver a mí

Que yo lo siento todo y no lo puedo evitar
Que temo perderte y algún día te perderé
Que las manos de otro te van a llevar y nunca más te voy a poder ver

6 de septiembre de 2013

El Amor a un Ángel

Dice que le gusta dormir. No dormir por no hacer nada, como una escapada al mundo activo, no, eso no le gusta. Dice que le gusta dormir acompañada. Será que le gusta el sueño colectivo. Sí, colectivo, debe ser eso de subirse al bondi de los sueños, el único en el que más gusta viajar parado que ser el único pasajero.

Otra

Soy dos, soy el que coje y asquea al melancólico de mierda, a ese romanticón pelotudo.
De mí no se deshace así nomás
Que se vaya a pelar cebollas a otra parte
Que se pegue un tiro en la cabeza pero que me deje las pelotas tranquilas
Yo lo tengo que extirpar a ese
A ver si me deja vivir tranquilo
No puedo andar mostrando su cara a cada mina que le pinte coger
Es asexual el muy forro
De golpe yo tengo que dejar de garchar
con la de minas que hay pidiendolo a gritos
porque el muy pelotudito quiere honrar a una mina
¡que ni pelota le da!
Es el colmo
Ya le voy a hacer un harakiri con la espadita que se compró

Una melancolía

Cómo pesa el corazón
pesan las tripas
Los huesos son absurdos
el cuerpo innecesario
inútil

5 de septiembre de 2013

31 de agosto de 2013

La Bicicleta no es Dadaísta

El círculo es perfecto y se contiene a sí mismo
Estoy fuera y estoy dentro
Soy la circunferencia
Me contengo y me pierdo
Avanzo, balanzo

Me dejo caer hacia adelante
que me empujen mis pies
Me dejo caer hacia atrás
que tiren de mí mis pies

Gano velocidad
atravieso el espacio
El tiempo gira junto a mí
Los minutos son segundos
Las plazas son baldosas de pasto

Mis manos se liberan
Mis pies son manos
El balance es todo mi cuerpo

Puede ser esto para siempre
le doy así vueltas al planeta
Ninguna materia me detiene
Soy luz que no ilumina

¿Qué haría el planeta?
Lo comprimiría con tantos ruedos
Mis vueltas serían más cerradas
Cada vez menos contendría
Yo sería mi centro gravitacional
Observaría al planeta en mi mano



Una última pregunta
¿Cómo se anda cuando el mundo que te queda es el universo?

29 de agosto de 2013

La Transacción

Esa noche entró en su habitación sin saber que se sumergía en las profundidades de una oscura caverna. Tan oscura como oscura debía ser su habitación, tan profunda como pequeña era su habitación, su cuerpo aún creía la mentira de estar llegando a aquel colchón en que solía dormir o más bien desvelarse usando su portátil. Ni aún la portátil que sostuvieron esas manos era la computadora que se disponía a usar, se trataba del vórtice que lo tragaría para siempre y devolvería al mundo un homúnculo maltrecho.
¿Cuántas historias han leído los lectores de gentes reemplazadas cuyos reemplazos continúan esas vidas convencidos de ser aquellos a quienes reemplazan? El chico vuelto no siendo el mismo se tragaba las lágrimas que no llegaban a salir de sus ojos. Se regodeaba en el placer de saberse miserable. Se lamentaba más de sus frágiles dedos incapaces de trozarlo en tiritas que de los tormentos que se vio forzado a presenciar del otro lado del vórtice.
Sentía en su cerebro unos dedos ajenos recorriéndole las sinapsis. Veía a su alrededor tentáculos saliendo de las paredes, azotando el aire, amenazándolo. Todo duraría hasta que asomó la cabeza en el vórtice una vez más y el vórtice absorbió todas las porquerías que flotaban dentro y fuera de sus huesos. Cayó rendido mientras el sol salía y la familia se activaba.
Cuando los trabajadores se iban y la casa quedaba toda para él, su mente flotó hasta aquellos pensamientos ocurridos en la oscuridad de la noche. Aquello fue como estirar el brazo y acercar esa experiencia, la sintió sobre la piel. A su alrededor, donde los suelos suben por las paredes, los tentáculos volvieron. Él comenzaba a entender. Los tentáculos se sacudían y agrupaban allí donde él fijara su vista. Formaron un círculo alzándose como las rejas de una jaula. Llegaron al techo. Él aún esperaba a que allí en el centro surgiera aquel que buscaba visitarlo.

Mi Vida comienza a contarse en Años

La paja, el sexo, esa necesidad mía todo este tiempo
Debo estar enfermo, me siento asqueado
La peste que tuve justo cuando corté
todavía algo me queda
Y ocurrió que me entregué
¿Qué es un blog?
Un diario bitácora
Un intento
No sé qué he hecho
o sí lo sé pero jamás lo compartiré
Ya me he sentido mal, aunque no lo recuerde
Ya me he sentido mal
Pero he sido varios y sigo siendo el mismo
No sé si me cambio o cambio o me cambian
Pero este dolor es asqueroso
Estar de novio no me ayudó, me distrajo
No soy novio
Me han dejado, he dejado
Pero no guardo el placido recuerdo de haber sido
No lo guardo
No guardo nada
Nada tiene valor suficiente ante estos ojos soberbios
La he leído
El único sentimiento que siento sinceramente
El asco, el dolor, la negación, la perdición
Leyendo su maravillosa escritura
Su ligereza
Su honestidad cruda
Sufro leer los textos que yo podría haber escrito por ella
Pero que ella los ha escrito por alguien más
Quiero que vuelva a mi vida
Quiero que esté cerca
Pero debo ser honesto, es otro acto desesperado
La desesperación de emular eso que jamás voy a tener
De parecer que me acerco
Cuando mi situación mental me aleja dando vueltas en espiral
Mi mente
Me extirparía la mente
Aceptaría una muestra gratis de lobotomía
Y voy a dejar de escribir este texto
para seguir mi propia lobotomía
Seguir leyendola a ella
Esa bitacora que escribió
Esas esperanzas que alguien le dio
Esas desilusiones que alguien le dio
Esa compañía que tuvo con alguien
o alguienes
donde yo no supe estar
y por eso me culpo
o de lo que no supe participar
y por eso me culpo.

28 de agosto de 2013

Unos se rompen, otros no funcionan

El dialogo constante
se oye entre ellos
de tan lejos
de espaldas

Anhelan olvidar
Recuerdan anhelos
Se sienten traicionados
Se sienten culpables

No se dirigen la mirada
No quieren saber nada
y sin saberlo se hablan
constantemente

Alguna vez tan unidos
o tal vez entrelazados
Una vez tan enredados
que duró demasiado

Del tablero revoleado
solo queda levantar las piezas
El dueño de las negras se las lleva
La que trajo las blancas se las queda

26 de agosto de 2013

Con Secuencias

La ausencia a la verdad – la mentira a la vista
Las palabras que puedo decir – las combinaciones prohibidas
Los árboles en su lugar – mis pies en la baldosa equivocada
El amor filtrándose a chorros
Los corazones rotos

No fue mi culpa – toda la culpa es mía
No pude ante el capricho – me sigo exigiendo lo mismo
La confianza – la traición
Seguía esperando del escorpión
Sigue esperando

De vuelta a la Salida – Retrocede todos los casilleros
Ella ansía que vuelva – Ya la tenía podrida
Ella me quiere – Ella quiere de mí
Se afilan mis tiernas garras
El asfalto de lo que reprimo

No puedo continuar con ella – No quise decirle que no
Me ha faltado alguien más – Quienquiera que no sea
Cabellos rubios – Pieles morenas
No sé si te busco
Sé que esparzo pena

Chico Invisible

"Oh, what a good boy you are
Out of the way and you’re kept to yourself
(...)
Oh, what a quite boy you are
He looks so calm floating 'round and 'round in himself”
Invisible Kid -Metallica

Qué lindo sería tener la habilidad de desaparecer, escurrirse entre la gente y apartarse de las compañías indeseadas. Sería lindo pasar andando lo más tranquilo junto a gente que te altera y que no se enteren ni del aire que desplazaste. A quién no le gustaría ser liviano como una pluma y no sonar al pisar y con un paso hacer un metro de distancia. Siendo un niño insatisfecho y marginado, ese fue un gran deseo mío.

16 de julio de 2013

Cosas que te puedo decir

Hay alguien mirando por la ventana. Mira con miedo ¿Qué quiere? No tiene miedo de que lo descubra, ya sabe que lo descubrí. No es una amenaza, al menos no lo siento como una amenaza. Sé que está ahí mirando y que no hace otra cosa. Pero tengo la fuerte sensación de que espera algo. No me molestaría si estuviera esperando que pase algo, no me molestaría que esperase verme tropezar o humillarme de alguna manera. Lo que me molesta es que no parece esperar nada de eso, parece esperar que yo haga algo. Es igual a mí, innegablemente soy yo en un futuro. Y si digo que él tiene el miedo reflejado en la cara debería decir que a mí se me reflejará el miedo en la cara ¿Pero por qué? ¿Qué teme?
No es la primera noche que me mira por la ventana, por eso puedo hacer todas estas observaciones. Pero es verdad que no me asusto, esa familiaridad en sus rasgos lo hace imposible ¿Cómo puedo asustarme de mí mismo? No me asuste la primera vez y la verdad es que solamente con el paso de las noches me ha puesto cada día más nervioso esa sensación de que espera de mí que haga algo. Pero ya me acostumbro y me puedo dormir, tal vez con incomodidad, pero ya mis ojos se cierran. Sé que estás ahí, pero voy a dormir igual. No sé qué querés de mí, pero voy a dormir.

29 de junio de 2013

La Oscuridad

4 años. Una nena de cuatro años. No era más grande que una nena de cuatro años. Era muy poco respetado siendo tan grande como una nena de cuatro años. Por eso todos se sorprendieron cuando lo vieron acercarse a esa nena de cuatro años. Esa nena que estaba llorando en el medio de la oscuridad. Era terrorífica. Pero estaba llorando. Pero estaba ahí, ahí donde ninguna persona había puesto un pie jamás.
¿Cómo? ¿Por qué? Son preguntas que a ninguno de los allí presentes importó, preguntas que quizás ni flotaron cerca de sus mentes. Pero él se acercaba como podía, él se acercaba a la nena como ninguno de los otros, tan grandes y de formas tan variadas, podía. Acercándose lentamente no podía ser visto por la nena en tanta oscuridad pero era oído. La nena oía como él arrastraba su piel y, a medida que la fricción se oía con más intensidad, más fuerte lloraba ella.
En la tenue luz, que es esa que flota siempre en el aire y en la oscuridad buscan nuestros ojos, la nena comenzó a ver dibujarse la cara de él. La cara estaba en movimiento, él la acomodaba como lo que veía en la cara de la nena. Él acomodaba dos ojos nada más con una sola nariz en medio de todo. Trazaba bajo la nariz una boca alargada y la abría y la cerraba para habituarse. No podía imitar los planos y cuadrados dientes que veía en la boca contraída de miedo de la nena por lo que tendría que mantener la boca cerrada si no quería alterarla más.
Era cierto, la nena se había perdido, lo veía en su cara, lo veía en la expresión desorientada de la nena. Ella no lo miraba fijamente, le tenía miedo. Todos los allí presentes estaban igual de aterrorizados que él, pero al acercarse comprobó que ella también le temía. Había que sacarla de ahí, nadie sabía de lo que era capaz. La observó con atención, entendió que él veía más de ella que ella de él. Era lógico, él vivía en esa oscuridad y ella... bueno, ella era una persona, seguramente viviría en la luz como todas las personas.

22 de junio de 2013

Tan falso como puede ser pero puede serlo más

Llegó

Es una palabra que no se puede decir de verdad.

Es una de las formas más eficaces de mentirnos.
Llegó
es una víbora que se nos mete por el culo
tan larga como la eternidad
y está infinitamente enrollándose en nuestro interior


Llegó ese momento en que todo acabaría para mí
(mentira)
Crucé el punto de no retorno de la falacia (mentira)
Ya no me puedo mentir (mentira)
Estoy desnudo ante la verdad (¿qué?)
Soy débil (no te hacés una idea)
Soy cobarde (no sabés cuánto)

Ahora lo veo con claridad
(¡¡¡MENTIRA!!!)

26 de marzo de 2013

ESA MUJER -Rodolfo Walsh

El coronel elogia mi puntualidad:
­Es puntual como los alemanes ­dice.
O como los ingleses.
El coronel tiene apellido alemán.
Es un hombre corpulento, canoso, de cara ancha, tostada.
He leído sus cosas ­propone­. Lo felicito.
Mientras sirve dos grandes vasos de whisky, me va informando, casualmente, que tiene veinte años de servicios de informaciones, que ha estudiado filosofía y letras, que es un curioso del arte. No subraya nada, simplemente deja establecido el terreno en que podemos operar, una zona vagamente común.

16 de marzo de 2013

Lo olvidado que debía ser realizado

Back on the road es un volver a la ruta, volver al camino, a un sendero que nos reconoce y en el cual nos identificamos. Aunque también suena a volver al rodeo, a la aventura, a la carrera.

Ahí está otra vez en el espacio eterno de la ruta que antaño olvidara. Ahí está. Otra vez observando la inmensidad, tan pequeño él. Como un pibe salvaje frente a un escritorio. Como un pibe con una hoja en blanco ante él en una habitación vacía salvo por el polvo. Con la respiración trémula por los golpes de los truenos que suenan alrededor, pues no es una ruta de luz la que tiene por delante. Él está ante el mundo, ante la vida. El camino, que ya mucho pedir es que esté asfaltado, no está envuelto en día ¿Qué clase de persona puede creerse él para merecer tal regalo? No, él está ante lo imprecisable, lo indefinido, la verdad. La inmensidad está ante él y sus ojos están a merced de la inmensidad.
Tiembla su cuerpo con el frío. Frío de fricción. El viento arremolinase entorno suyo. Las nubes ve él por encima, las ve culpables de ese frío e inclina la cabeza en gratitud. El frío está en su cuerpo, si no lo quiere, debe echarlo. Mira su torso y lo encuentra envuelto en brazos, dos, los suyos. La orden de apertura es desobedecida pues fuerte es la percepción del hielo que amenaza atravesar sus pulmones. Como un bufón burlón, el frío cinético se apoya sobre su espalda doblándolo. Lo doblega. Él vuelve su mirada a las nubes, las ve moverse como llevadas por la corriente y recuerda las zambullidas en piletas frías.
Despega sus brazos del cuerpo y la rigidez busca abrigo en sus piernas. No puede permitirlo, las necesita para iniciar. Tuerce sus muñecas, dobla sus rodillas. Da sus pasos como lo haría una estatua ¿Cómo lo haría una estatua? Destruyendo su integridad. Así se quiebra la frigidez de la rodilla y muerde el hielo en su anverso. Como un suicidio se extienden los brazos a los lados. Como una ardiente amante, el frío le abraza buscando contenerlo completamente. Se sacude lentamente, progresivamente, robando a la hipotermia ambiental su energía cinética.
Todo lo recuerda desde lejos. El frío se quedó en el punto de partida allá en la distancia. Él puede ver la distancia con un simple movimiento de cuello. Puede ver cómo el hielo gaseoso marca el inicio del camino y no es consciente del trabajo motriz que realiza él mismo. Ve sus propios miembros invadiendo el asfalto por delante de él, se observa ajeno y contenido por un simple miedo. Y es que sabe él, sabe que si quisiera dominar esos movimientos inconscientes perdería el control y los movimientos. Los siente, los movimientos lo sienten a él también. Todo su cuerpo es una masa homogénea. Y el mundo pasa a su lado pero no para, el mundo no para. Árboles y bosques enteros a la vera del camino a su lado pasan. Después ya no hay árboles hasta donde llega la mirada. Después aparece un árbol y después otros tantos y nuevamente pasan a su lado bosques. Y encrucijadas que él ignora y sigue adelante con el andar veloz.
Siente el ondular de su pecho como siguiendo las curvas de las nubes grises que apagan el día y se iluminan con la luz cósmica de la noche. Siente sus pulmones turnándose al frente, impulsándole a continuar su andar vital. Siente que todo está en su respiración, en el aire que ingresa en su organismo accidentalmente. Ya la atmósfera no sopla, el mundo no gira. Él gira entorno al mundo, él es viento para la atmósfera. Si caminara río arriba, los mares se vaciarían y toda el agua volvería al cielo. Pero no camina por los ríos, sus pies son de tierra y su cabeza es volátil. Su corazón es de agua contenida por el barro de su piel. Todo el mundo abrumado se detuvo. Todo el mundo salvo las nubes. En todo momento él puede verlas, puede ver sus impasibles líneas, sus contrastes inalterables de grises. Él sabe que nada de eso puede ser así, así como sabe que no debe ser consciente del trabajo que él mismo está realizando. Las ve una vez más. Su calma aparente es la máxima desesperación por mantenerse al paso que él lleva.
Y así nadie jamás podrá apartar al pibe salvaje de la pila de hojas ennegrecidas de tinta azul que caen a sus lados frenéticamente. Tal vez cuando los músculos de la mano finalmente se sequen, tal vez con suerte la tinta de la lapicera se acabe antes. La mano firme deja atrás las mismas frases que sólo se reformulan pero no hacen más que hablar de un eterno inicio en una carrera sin meta. Y el pibe escribe con su mano suicida. El pibe escribe sin saber qué escribe porque teme que ser consciente le impida concluir la tarea que inconscientemente continúa siendo inexorable. El pibe escribe igual sin detenerse a comer, sin detenerse a releer, sin detenerse a beber, nutrido sólo por la fe. El pibe confía en que su escritura se inició por un propósito y cree fervientemente que donde hay un propósito hay una realización y piensa que no es necesario conocer ese propósito y esa realización porque son forzosos. El pibe escribe.

5 de marzo de 2013

Señal al Ruido



Entonces, mientras ellos dos discutían, sin saberlo dejaron de discutir. Primero vieron el movimiento silencioso del otro y se sintieron insultados, segundo ocurrió que notaron su propio silencio y se sintieron asustados, tercero ocurrió que los oídos faltos de sensación sonora comenzaron a chillar un silbido horrendo. El grito que sus gargantas no podían proferir.
Ellos discutían a un volumen que habría atravesado la espesura de las medianeras y llegado a oídos vecinos pero estos no se hubieran percatado pues no era el cemento sino una barrera de histéricas voces y música cliché la que espesaba el aire contenido en esas casas. Fue cuando dejaron de discutir los aquellos, que estos vecinos a ambos lados de la pareja dejaron de escuchar sus programas televisivos. De golpe un simple acto de inhalación permitió con facilidad el paso de una bocanada inmensa de aire pues los pechos ya no estaban apresados por el pesado ambiente.
Mientras todas las casas albergaban sus propios estallidos diversos y caóticos, las vibraciones lograban atravesar los muros y se deslisaban por el suelo. Ya fuera, el aire nocturno bullía con la transmisión de toda la materia alrededor. Todas las criaturas callejeras dormían sueños intranquilos y los débiles huesos de las aves se sentían martillados por estas vibraciones aéreas cuando todos despertaron con una fuerte sensación de vacío que se los traga. En esos momentos ninguno de los animales ni nadie oyó la colisión de dos autos donde uno había intentado alertar llegando al cruce de calles pero el otro nunca escuchó la bocina y chocó contra la carrocería que absorbió todo el impacto y se dobló por completo sobre sí misma.
Sólo los insectos, con su percepción temporal tantísimo más extensa, sintieron sobre su exoesqueleto vibraciones extrañas justo antes del silencio absoluto.
Un grito. Proveniente de muy lejos de allí, causando el apagón sonoro culpable de todos esos casos y otros cuantos por todo el mundo donde embotellamientos completos se vieron desprovistos de medios para expresar su rabia. Nadie que careciera del oído adecuado para oír ese leve instante en que se expandió el grito por todo el mundo, entendería qué ocurría. Sólo los insectos que confundidos por ese grito cambiaron de camino.
Una persona sobre la losa del techo de su casa, ni lo suficientemente alto para estar por encima de las casas del barrio, no se vió beneficiada por la meditación a la que rogaba un poco de paz. Pero sus pensamientos no le abrirían caminos de armonía, pues no había silencio real contra la cacofonía mundial. Buscaba quietud a las turbulencias de su vida y no la encontraba en un aire viciado de smog y estridencia. Conforme se apaciguaban los elementos cercanos, se hacía más sensible a la locura lontana. Reconociéndose sin escapatoria a la histeria masiva, perdiendo noción espacial para ubicarse temporalmente en una tranquilidad efímera, casi falaz, presente que no duraría en el futuro tan carente de tranquilidad como el pasado. El cerebro era incapaz de contener tantos pensamientos tan diversos, debía expresar sus comandos en más de un código causando una confusión general en la condición del cuerpo. Éste no llegó a convulsionar pues contrarios movimientos se anularon y sólo una función corporal podía dar fuga a tanto caos.
Un grito ascendió desde su garganta. Un grito que era alarido, un chillido rugido. Comenzó tan contenido que las cuerdas vocales sobrevivieron a lo que habría sido una agresión destructiva. Las cuerdas vocales lograron acompañar esa creciente vibración y cuando los pulmones no tenían con qué manar esa vibración, toda la carne vibró. Así ese grito fue el grito que conmovió al mundo y lo hizo callar.
Y en ese momento de quietud, que detuvo algunos corazones para siempre y todos por un instante, la luz se abrió paso. La electricidad y el calor candente, la luna con las estrellas y el sol. Por un momento fue luz y todos ciegos.

26 de febrero de 2013

Libres del Logro

(02/11/2011)

Vamos vamos vamos
Vamos a buscar la libertad en este lugar
Vamos a buscar el sustantivo ignoto
Resistamos los empujones de los ruidos
Avancemos en dirección azarosa
impedidos por las murallas
Avancemos con el cuerpo lento
atropellado por los autos

Libertad libertad libertad
Libre de los tiempos por venir
Libre de las anécdotas vergüenza
Libre de amar, libre de odiar
Miremos en derredor en busca de nuestro corazón
Demos la espalda al epicentro de nuestras vidas
Oídos sordos, ojos cerrados
La boca tragando smog


Traeme tu alma en una billetera
Tu corazón en un bolsillo
Tu cuerpo enlatado rodante
Entregate a mí
Soy el capital

15 de febrero de 2013

Serena estaba la mar

La brisa acariciaba mi frente como una mano tierna. Yo estaba sentado sobre la arena vistiendo jeans bermuda, pesados pero frescos. Sobre mis rodillas, dobladas ante mí, apoyaba mis brazos dejando caer mis manos. Una lapicera movía entre los dedos de mi mano derecha y un block de notas quietito inerte en mi mano izquierda. Cerraba mis ojos para concentrarme en la caricia y aflojar la tensión de mi mente buscando qué escribir. El mar llegaba a la playa en un oleaje largo y lento. Había encontrado un lugar perfecto para ver el atardecer, el encuentro de la luna con el sol, sin el trajín de la gente que no se decide a irse o a quedarse. "Ya es tarde, ya es tarde" 
El sol se había pasado el día entero quemando como un pirómano hasta que asomó la luna entre la luz celeste del cielo. Los rayos del sol aflojaron, el señor bajó la cabeza y admitió su impertinencia. Excedía los límites, "basta" le dijo la luna como si llevara un delantal de madre y viniera a poner orden. Ya había pasado toda esa escena que me inspiraba más una pintura que algún texto; yo escribo y se me ocurren pinturas, si quisiera ser pintor se me ocurrirían narraciones o melodías. Entonces ya la luna brillaba con una blancura maravillosa y el sol se llevaba su cielo gastado. La luna traía las estrellas, las despertaba una por una y despertaba al mar también. 
Y yo sentado, abriendo de a ratitos los ojos para ver que todo siguiera en su lugar, me llevé un susto cuando en esos abrires vi las olas llegar tan cerca de mí, tan lejos de su mar. Pero entonces volvían a su sitio y yo me calmé. Pero el mar no, no se estaba calmando sino que tomaba más carrera. No me di cuenta lo mucho que se estaba hundiendo el mar. Cuando arremetió el agua de nuevo, alcanzó el lugar de mis pies. El agua formó charquitos donde había tenido mis pies enzapatillados que levanté a tiempo. Y el agua llamó a su retirada. 
Parecía que fuera a desaparecer el mar de lo tanto que se volvía hasta que dejó de retroceder y comenzó a ascender. Eso era una ola, una ola de las que no se esperan en estas costas. Allá lejos se erguía y alcanzaba la altura de mi cabeza y seguía creciendo. Más se alejaba, más altura ganaba. Ya levantar los pies no iba a servir de nada. Con las manos y las cosas que a cada una correspondía, me arrastré hacia atrás cayendo sobre ellas. Yo pensaba, porque era algo que no podía interrumpir, si alguien más estaría viendo lo que yo. Necesitaba que alguien más viera lo real que era para que me lo confirmara y de paso me diga que cuernos tengo que hacer. No podía reaccionar a lo que ocurría, estaba envuelto en una irrealidad innegable. 
La cara de mi mamá cuando me vio volver en plena noche, no sabría describirla. Evidentemente eran muchas las cosas que quería expresar ella, como si ninguna pudiera primar sobre las demás ¿Qué impresión le daba que llegara tan tarde si acaso me esperaba de regreso más temprano? ¿Era lo tarde o lo empapado que llegaba? O acaso fuera lo tarde por lo empapado. Pensaría qué hago metiéndome en el agua siendo tan tarde o tal vez le confundiría pensar que podría haberme sacado la ropa. Su cara mostraba preocupación, una preocupación que no sabía si enojarse conmigo o tenerme lástima. Tal vez también quisiera reírse. Tal vez le confundía ver mi cuadro incluyendo la cara de fastidio mudo. Chorreando agua entré y la estupefacción de mi vieja no le permitió en ese momento apuntar nada. 
El resto de mi familia guardó un desentendido silencio. Llegué a mi pieza, agarré el toallón que no esperaba usar ese día y me froté todo el cuerpo con violencia. Quería quitarme el agua de la ropa que chorreaba para no tener que nadar en sueños. Aunque me fuera a despertar con pulmonía iba a echarme así a dormir. Antes de caer en la cama, al dejar el toallón me di cuenta que todavía no había soltado la lapicera y el block de notas, ambos echados a perder. En vez del tacho de basura, los recibió el cajón de la mesita de luz. Caí en la cama y seguí de largo la caída en los sueños. Vaya uno a saber por cuántos sueños caí. 
A la mañana, moqueaba. La cabeza aplastada contra la almohada. Mis ojos de reojo lograban ver la puerta, avistaban a mi madre deteniéndose para verme y rechazar mi imagen con un movimiento de cabeza. Cuando me cansé de que hiciera eso me levanté, recordé mi propio peso y caí sentado. Parecía una lechuza dirigiendo mi vista con el movimiento completo de la cabeza. Me incliné para levantarme con un envión con la intensión de echarme un clavado a la vida diurna, cuando recordé lo último que había hecho la noche anterior. Miré la cajonera. Abrí y retiré del interior el block contraído por la humedad. Masticando la espesa saliva del sueño, me pregunté si podía ser que se secaran tan pronto las hojas. Las pasé una por una, la fibra no se había empastonado. Entonces me hice la pregunta más importante: ¿Recordaba yo haber escrito tanto en la costa, algo siquiera? No recordaba haber llenado la mitad del block.

30 de enero de 2013

Leyes naturales

Mientras haya luz, habrá vida
Mientras haya movimiento, habrán cuerpos
Mientras haya sombras, habrán alimañas

La luz atravesará los cuerpos
La vida alimentará a las alimañas

Todo movimiento tiene réplica
El mundo no se guarda sus respuestas

Lo encontré en un papel tirado por ahí en el desorden de mi pieza
Qué lindo es encontrar cosas de esta manera, creo que lo quería seguir o darle mejor forma
Lo subo así, ya lo reescribiré

17 de enero de 2013

Uno es todo y Todo es uno

El universo no gira
El universo se retuerce y late
Las galaxias giran y se amenazan
Se eluden y arremeten
Los planetas se mantienen en sus orbitas
Sus astros los tienen a raya
Los gobiernos contienen a sus pueblos
Las multinacionales alimentan al polluelo de la próxima guerra
En cada ciudad se revolucionan algunos pensamientos
En cada ciudad se estancan algunos pensamientos
A cada persona le orbitan otras cuantas
Y orbitamos a cada persona

Yo quise y quiero
Pero el tiempo pasa y me retraso como el conejo
A veces adelanto experiencias y arruino sorpresas
Me anoté a tantas aventuras y en todas partí a destiempo
Los objetos más delicados de mis deseos han sido los sujetos
Un error los puede herir y otro puede traerlos a herirme
Doy razones o las sacan de algún lado
Pero siempre quedo mal parado
Perdón por la rima pero estaba servida
Es imposible intentar morir para los que hemos intentado vivir
La vida en sí no vale nada y ninguno es su poder
Son las huellas las que cobran vida y nos llaman
Con cadenas me llaman

6 de enero de 2013

Independencia

Volver a casa del trabajo es… supongo que el viaje en colectivo, el paseo por calles memorizadas pero siempre ajenas. Yo eso lo cuento más bien como parte del trabajo. Así pues, volver del trabajo es caminar una cuadrita hasta la puerta de chapa, meter la llave que todos tienen y entrar en este pasillo gastado y caminarlo. Siempre hay algo que caminar. El bondi nunca te va a dejar en la puerta de tu casa. Bueno, “tu” casa, así encomillado si no encontraste la forma de comprarla. Quizás sea demasiado pedir a un pibe que recién empieza a trabajar que sea dueño de su hogar. Sería demasiado pedir para cualquiera que me vea, tan simplón, manteniéndome desalineado a diario, siempre la misma ropa de hace diez años, el pelo sin ningún estilo, tan formal como informal. Cualquiera al verme dirá “y qué le vas a pedir” pero si supieran mi edad, solamente los viejos decrépitos sentirían el derecho a llamarme “pibe”.
¿Importa cuál es mi trabajo? Volver a casa es abrir esa puerta de chapa, que con una patada se abolla y con otra se viene abajo, y caminar ese pasillo sin techo. Las paredes con la poca pintura que les queda sucia, con el revoque caído. Es pasar frente a tres puertas, porque yo alquile al fondo, lejos del barullo de la calle. A parte de la mía, hay una sola puerta tal y como lo fue cuando levantaron estas paredes, ambas de una madera delgada y gastada, hinchada por la humedad. Las otras dos las cambiaron por puertas a elección de los inquilinos, habrán querido darle un toque personal, lo único que lograron fue que desentonaran del resto de la mugre del pasillo. Oí que el propietario se guarda las puertas para volver a ponerlas cuando se vayan estos inquilinos.
Volver a casa es abrir la puerta de chapa, cruzar el pasillo y oír el griterío de las familias. Creo que dos son matrimonios y otra son unos novios, llegaron hace poco una mañana, yo estaba en el laburo. Es cruzar ese barullo con el que yo no contaba al elegir la casa del fondo y abrir esa puerta que no se deja pintar por la humedad que chupó durante años. Es estar adentro y sacarme el buzo en invierno o prender el aire en verano. Abrir la heladera sin la esperanza de encontrar comida sino con la intensión de enterarme qué voy a comprar hoy en el almacén. Salir en remera, haga frío o calor, con suerte habrá pasado el horario de los escándalos familiares, caminar hasta la esquina y doblarla, hacer media cuadra y saludar al almacenero.
¿Cuáles son mis comidas? Me he hecho fideos, ravioles, milanesa, arroz, puré de papa y calabaza, hamburguesa de vez en cuando, es mejor al plato que en sanguche porque el pan engaña, te llena pero no comiste nada y después te agarra el hambre y no sabés qué servirte. Después la cuestión es rotar esos platos, o cruzarlos. Las salsas que vienen en sobres son muy prácticas y ayudan a dar la impresión de que varías el plato cuando lo que haces es cambiarle el sabor a las pastas de siempre. También elijo la forma de los fideos, porque tenés los que son moñitos, los que son tubitos, los que son tirabuzón. Visito a mi vieja de vez en cuando, y si había hecho puchero para agasajar a su novio, me guarda el caldo, ahí me hago una buena sopa que es un lujo.
Sí, la voy a visitar a veces a la vieja. No mucho desde que dejó al viejo porque no me gustó ni mierda eso. Yo también veía que era lo mejor, el viejo se estaba poniendo insoportable. Ahora se lo nota mejor a él también, y la verdad es que la vieja tenía su parte en el infierno que se había vuelto la casa. Se las arregló bastante bien cuando se fue de casa. Es todo mérito suyo, dejó una buena casa pero se acomodó bien. Ahora hasta está saliendo con un chabón un toque más joven que ella. Trato de visitarla cuando no está el flaco ese porque no me cabe ni un poco. Cuando está, no es tanto el chabón lo que me jode sino el comportamiento de mi vieja, la veo portarse como tendría que haberse portado con el viejo para evitar que todo se fuera a la mierda. Evidentemente lo que lo arruinó todo fue la costumbre. Es tan fuerte que la única solución es dejarlo todo y arrancar de nuevo. Y yo estoy ahí, lo sé.

Más allá de la pared del desvelo

Los garabatos como llamas consumen las hojas en blanco. Las venas se ahorcan con cada frenético movimiento que persigue una idea como a fueg...